Cómo reservé aparcamiento en Granada para el verano

Planear unas vacaciones de verano en Granada suena maravilloso: la Alhambra, las tapas, las noches cálidas, los paseos por el Albaicín… hasta que recuerdas un detalle crucial si vas en coche: dónde demonios aparcar. Porque si hay algo que no se lleva bien con el centro de Granada, es precisamente eso: el coche.

Este año decidí ir preparado. Nada de llegar y ponerme a buscar sitio como si fuera una gincana. Me propuse encontrar y reservar aparcamiento en Granada con antelación, aunque me costara un poco más. Y, sinceramente, fue lo mejor que pude hacer.

Lo primero que hice fue buscar en internet parkings céntricos con reserva online. Hay varias plataformas que te lo ponen bastante fácil: introduces las fechas, seleccionas la zona y te salen distintas opciones con precios, fotos y hasta reseñas. En mi caso, quería algo cerca de la Catedral, así que filtré por ahí. A los cinco minutos, ya tenía tres opciones con plaza garantizada, vigilancia 24 horas y acceso las 24 horas del día. Elegí uno cubierto, con acceso por matrícula (lo cual me pareció muy cómodo), y lo pagué directamente desde el móvil. Recibí el correo de confirmación y listo: ya podía tachar “aparcar” de la lista de preocupaciones.

Cuando llegamos a Granada, la experiencia fue aún mejor de lo esperado. El GPS me llevó directo a la entrada del parking, la barrera se abrió sola al reconocer la matrícula y en menos de dos minutos estábamos bajando las maletas. Ni vueltas, ni nervios, ni multas por despiste (que en Granada son muy frecuentes por las zonas restringidas del centro).

Además, como habíamos dejado el coche en un lugar seguro, pudimos movernos por la ciudad andando o en transporte público, sin preocuparnos por encontrar sitio al volver o por si el coche estaría bien. Fue una tranquilidad absoluta.

Mi consejo, después de esta experiencia, es claro: si vas a Granada en verano con coche, reserva el aparcamiento antes que el hotel. Suena exagerado, pero no lo es. La ciudad merece ser disfrutada sin el estrés de estar pendiente del coche todo el tiempo. Y sí, un par de clics pueden marcar la diferencia entre unas vacaciones relajadas o una batalla campal con el tráfico granadino.